Cuentito
Una flor atada a la tierra - con todo el placer que esto le produce a las flores - charlaba con toda libertad.A lo lejos divisa una formación grosera, vertical, tosca al andar; y la flor calla.
La formación crece cada vez más y más, se agacha e inescrupulosamente la arranca y sigue. Se pierde en el horizonte. Al instante emergen a la superficie miles de flores.
Norberto.