Sustancia
Primero fue la palabra, luego la sangre.
Desde el comienzo existe el continuo correr de sangre inocente, no ha cesado ni secado, las guerras se han encargado de ello. ¿Será propio de nuestra naturaleza conservar la sustancia del asesino? O es esta sustancia única. Es posible que nos forme una y solo una sustancia que guarde a todas las sustancia, y que en algunos se exacerbe la del amor y en otros la de la ambición. O estaremos formados de distintas sustancia y no de una que contenga a todas.
Retazos de guerra
Norberto.
Canibalismo
Gatín dixitCanibalismo / Aburrimiento / Noche / Ciudad / Tristeza / Azul / Hocico / Regocijo / Peste / Resuello
Estas palabras que han tendido un nexo indestructible ente ellas, más allá de la voluntad de los hombres.
En el azul intenso de la noche, mi deambular por los tejados es lento, cansino. Desde allí veo en el desolado desierto de aburrimiento que es la ciudad, una tristeza de peste. No se puede distinguir entre tanto regocijo y bullicio, el canibalismo que consume hasta el último resuello, pero allí está, expectante, paciente y constante. Nada extraordinario ni alocado, solo la pertinaz. Esa consecuencia de vivir entre caníbales hace de los techos algo seguro, desde allí veo por una ventana que es todas las ventanas a la vez, como se depredan los hombres, como atacando por detrás se ganan el hocico y su sudor frío vibra.
Gatín
Salir a recibir la sepultura
Nunca vi la muerte como algo malo, ni siquiera como algo trágico. Su existencia es más bien motivadora, sugestiva, seductora. Es extremadamente interesante la vida teniendo presente a la muerte, vivir cada día como el último, pero no guiado por el desenfreno o la desesperación, sino más bien, viviendo dentro de las convicciones que uno sostiene como válidas, es lo que a mi modo de ver es vivir.
Llegar al final con el criterio y la tranquilidad de haber hecho lo correcto, al menos para uno, claro, ha de ser fantástico. Es una imagen eternamente bella, imaginarme el último suspiro, el último hálito, ya luego de él nada queda, nada hay. Ni tiempo…
Norberto.
