Heterodoxia, darse cuenta
Cada paso sobre el asfalto resuena con su seco sonido, sumiso camino por la confusa ruta del suicidio en cuotas. Con algunos peligros medidos y una guillotina que nunca cae pero siempre asusta.
Esta monotonía de muerte fue mi elección, no se bien cuando ni en que momento decidí morir de esta manera. Quizás la costumbre me hizo esto, me rutinó el espíritu.
Hoy desperté y me sentí algo enfermo, frente al espejo del baño vi un nuevo brillo en mis ojos que no recuerdo haber extraviado. Podrá éste llevarme a una más digan muerte?, a una vida plena?
Norberto.
Parpadeo
Cierto hombre creía que la vida de todas las personas dependía del resto del universo.
Así, si uno es observado por un determinado número de brazos, éste tendrá una vida proporcional a esa cantidad de ojos.
Los días de este hombre, consistían en tratar de llamar la atención del mayor número de cabezas posibles para poder tener una gran vida. A menudo, charlaba con otros pares de manos, a los que les comentaba su ya tan mentada creencia, y agregaba que la muerte venía cuando uno desaparecía de la memoria de la última persona que lo recordara y no antes.
Un día, como cualquier otro, hallábase este hombre frente al espejo lavándose las manos, y al levantar la mirada y verse se permitió un parpadeo; del cual no pudo regresar.
Norberto.